domingo, 11 de noviembre de 2018

Paul Allen se ha ido, pero el FHCAM sigue




Mi cara rara es porque le estoy haciendo cosquillas para que salga sonriendo
El mes pasado nos dejó Paul Allen. Aquí en el Northwest su impacto ha sido enorme, y para los entusiastas de la historia militar y de su magnífico Flying Heritage and Combat Armor Museum (FHCAM) ha sido un verdadero palo. La aviación está hasta en la médula del estado de Washington,  principalmente por la presencia de Boeing, pero también por la de cientos de otras empresas. Hablas con cualquier persona y te habla de que su padre, madre o abuelos trabajaban en Boeing o volaban en la zona o mantenían aviones...
Desde que lo conocí y fuí a verlo por promera vez, me enamoré de su museo, por aquel entonces aún llamado Flying Heritage Collection (FHC). El concepto que conocemos en España por la Fundación Infante de Orleans (FIO), pero a la americana, a lo grande, con dinero y la dedicación de muchísima gente. La idea de mantener todos (o casi) sus aviones en estado de vuelo, y sacarlos cada verano, me parecía  y me parece un auténtico regalo para las generaciones actuales y futuras. Me gusta el Museo del Aire en el Sur de Seattle (The Museum of Flight), pero siempre, como en todo museo típico, te queda un regusto extraño, porque no paras de ver aviones que ya nunca volarán, y eso lo hace una experiencia algo triste. En el FHC los aviones estaban en hangares, con los tacos puestos y con barreras móviles, preparados para sacarlos a volar en cuanto les tocara. Y ojo, están todos restaurados como nunca he visto. He volado en el B-17 de la Collins Foundation y he visto los aviones de la FIO...y no hay color. Los del FHC parecen recién salidos de la fábrica. Y además, ver que casi todos tienen una bandeja debajo del motor para el aceite que pierdan es una señal de que está vivos. Y normalmente en cada visita ves alguno que está en mantenimiento allí mismo, con paneles quitados. Mas que en un museo, te sientes en un hangar de una base aérea de hace muchos años. El detalle de que suelan poner música de las 40 también ayuda...

Los pies no me llegaban al suelo cuando por primera vez visite el museo durante un "Día de Vuelo". Recuerdo perfectamente que el museo aún no era muy grande y en los días de vuelo solo volaban dos o tres aviones. Yo llegaba tarde, aparque el coche e iba caminando rápido por la acera, entre Boeing 777 preparándose para entregar y otros de los que vuelan en Paine Field, cuando de repente oigo el sonido de un motor distinto, de pistón, pero que suena agudo como un puñetero Ferrari...y un Bf-109 E-3 me sobrevuela. Así, sin más. Ese día me di cuenta de que estaba en un sitio especial, con gente realmente dispuesta a lo que fuera con tal de que este legado no se perdiera. Han pasado los años y el museo ha ido creciendo, y los días de vuelo se han convertido en eventos enormes....Y un día, cuando piensas que la cosa no puede mejorar, Allen empieza a añadir vehículos, desde tanques a lanchas de desembarcos, todos restaurados con el mismo nivel y en perfecto estado de funcionamiento. Y vuelve la sensación de ese primer día, cuando ves (y oyes, porque Cristo que sonido hacen las orugas) a un T-34 con camuflaje de invierno dando vueltas y disparando, seguido de un Sherman haciendo lo propio...pues te das cuenta de la realidad de una historia que tantas veces has leído y visto.
Y la cosa solo ha ido a más. Más hangares, más aviones, más cacharros...empieza a ser apabullante y a requerir más de un día para verlo. Curiosamente impactante son las bombas atómicas y la V2.

Por lo que leí en su momento Allen puso todo este tiempo, cariño y dinero por admiración hacia su padre que había participado en la Segunda Guerra Mundial conduciendo un Jeep desde Normandía. Curiosamente en el museo también está el B-25 que que voló el padre de Spielberg. Por eso también el museo y su fundación promueven reuniones de veteranos con sus vehículos, conferencias y un archivo testimonial en vídeo de los veteranos, muy, muy recomendable.

Así que cuando salió en las noticias que Allen se había muerto, pues sinceramente, muchos de los socios del FHCAM nos sentimos huérfanos. Ha querido coincidir que la inauguración del tercer hangar ha sido menos de un mes después de su muerte, asi que ha sido un acto bastante sentido. Todos los voluntarios (muchos de ellos veteranos) y los socios que entramos a primera hora del sábado teníamos un gesto más solemne de lo habitual. Y también ha querido coincidir con los 100 años del final de la Primera Guerra Mundial al día siguiente, hoy domingo, así que suma y sigue.

Yo aproveché para subirme con mi ya no tan pequeñajo a la inauguración. Aproveché para explicarle que hace 100 años había terminado "La guerra que acabaría con todas las Guerras", a la que llamaron "La Gran Guerra" antes de que tuviéramos que numerarlas. A mi hijo aún no le entrar en la cabeza tantas cosas...que medio planeta haya estado en guerra dos veces; que Japón, ese país del idioma en el que a veces habla su profesor de Kárate (americano, eso sí), hubiera estado en guerra con USA, ¡y que la hubiera perdido! "pero si tienen ninjas", me decía...claro que eso me dio pié para enseñarle la bomba atómica que hay también en el hangar nuevo (el museo tiene tres), con un gráfico al lado de lo que le haría esa bomba a Seattle, donde vive, y donde se puede ver perfectamente donde vivimos.¨"Pero en una ciudad hay niños" me dijo. "Ya, por eso hay que evitar que se usen de nuevo" le respondí. Ahí mismo le expliqué también que EEUU lanzó dos de ellas antes de que Japón se rindiera por fin. Y como los niños son niños, lo registro en su cabecita y se fue a jugar alegremente a una mesa de actividades que habían puesto.

Juro que pensaba solo colgar cuatro palabras y las fotos de la visita, pero se me ha escapado de las manos. Supongo que estaba harto de tweets y post cortos de Facebook. Volviendo a la visita, a destacar que pudimos ver el Ju-87 Stuka que estan restaurando para dejar en estado de vuelo, lo que le convertirá en el único en el mundo, y tener en la misma sala un M5 Stuart y un M-26 Pershing, y ver lo mucho que crecieron los tanques en esa guerra.
Bueno, lo dicho, dejo las fotos. Unas mías, unas de mi pequeñajo y otras de la fotógrafa del evento que le cogió cierto gusto a sacarle fotos al peque.

Enlace a la web de la FHCAM: https://flyingheritage.org

Mi bestia explorando la bestia

Adquirido este año, el Pz IV aun no está terminado

Zafarranchito estuvo allí.
Histocast también, pero hacía fresco para quedarme en la camiseta de los 100 episodios que llevaba puesta...palabra
Ejemplo de lo que decía: el P-47 en mantenimiento. Un museo vivo.

El nuevo hangar

El M8 Greyhound, un Ford, como mi C-max.

El Priest, listo para dar bendiciones al enemigo

M-26 Pershing. La escena me trajo recuerdos de esto.

Le impactó el diorama, creo que nunca había caído que podía haber guerra en una ciudad. Pocos telediarios ha visto.

Bomba atómica de los 60. Diablillo de siete años para escala

M-24 Chafee, echándole ganas

El Churchil. Feo. Feo. Feo, masivo y raro. Muy British.

Hands on learning. Le dije que si lo podía mover se lo regalaban.
Detalle de la calidad de la restauración del Mosquito. Ojo a las correas de cuero.

Máquina Enigma

El único FW-190 A5 con motor original BMW que queda en vuelo

El Ju-87 Stuka en proceso de restauración. Acabará volando. ¿Le pondrán las sirenas?




M5 Stuart. Hay que echarle valor para plantarse con eso en una guerra.
Es tradición en todos los eventos que organizan rifar un paseo en el M3A1 semioruga. Aquí, el puñado de afortunados ganadores.
Y aquí la cara que le quedó a mi enano al no tocarle la rifa.


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