viernes, 19 de diciembre de 2008

Como lágrimas en la lluvia...

Ayer hice limpieza y por fin tiré mi colección de entradas de cine...básicamente no es una gran idea coleccionar nada que tenga papel termosensible como soporte...la gran mayoría estaban con las letras ilegibles. Además, el ir al cine, desgraciadamente, no es una costumbre que haya conseguido mantener. Llámalo internet, emule, quicksilverscreen, o simplemente que en el "merimar" vale menos un DVD que una entrada de cine.

Lástima, porque, hasta cierto momento, era capaz de recordar dónde y con quién había ido a ver cada una de las pelis de las que tenía la entrada guardada...es lo que tiene el ir al cine, no sólo es ver una peli, es todo un ritual, social o no, con lo que se te queda guardada en la cabezota de otra manera. Hoy en día el cine que veo lo tengo guardado en una especie de nube informe en mi cabeza, no se decirte si una peli la ví en el portátil o en la tele. Lástima.

Estuve tentado de guardar algunas, pero al final no lo he hecho. Salvo que a última hora me de por rebuscar en la basura, las dejo ir. También tenía su parte poética dejar que se fueran borrando, como los recuerdos de un pellejudo cualquiera en una azotea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola mi niño.

Tengo el corazón en un puño. Te hacía un ser insensible y resulta que eres todo un romántico.

No consigo computar esta nueva información sobre tu configuración. Eres un replicante defectuoso.

fatelux dijo...

Si ahora no tienes tiempo, deja que te llegue la descendencia, entonces no recordarás ni lo que es el cine. Y si por fortuna logras ir a ver cualquier peli, ya sea buena o un bodrio, fliparás con la experiencia de volver a sentarte en una butaca "cómoda" en una sala llena de gente ruidosa, maleducada que deja el movil encendido, y que parece que no han cenado en su vida, pq comen toneladas de palomitas y nachos con salsa de queso chunga, y tú, que te deleitas con el buen cine en pantalla grande y que solo traes una botella de agua de "contrabando" te sientes como un auténtico gilipoyas y das gracias al blu-ray, al home cinema y a tu sofá, y al botón de pausa del DVD.
En fin, yo también añoro el cine de verdad, para que mentirnos....