lunes, 12 de febrero de 2007

Los coches y los que van dentro

Uno de los temas que más me ha llamado la atención por aquí es el de los coches.

Conducen como gente civilizada, algo despistada, pero civilizada (y no me refiero a que conduzcan por la derecha, panda de anglófobos...)

En este país (o al menos en esta parte) si pones el indicador ¡tachán! ¡los coches te dejan pasar!
En Seattle si pones un pie en el asfalto (como peatón) ¡tachán! los coches bajan la velocidad o incluso se paran para dejarte cruzar...vivir para ver.

En temas de conducir y eso viniendo de Madrid te sientes como un lobo entre corderos "je je, si conducen como viejecitas" hasta que recuerdas otra vez que mucha peña aquí tiene armas en casa, y te relajas.

Aquí a los coches les pasa lo que a la gente, tienen un factor de escala de 1.5 respecto a los nuestros. Pero no hay que emocionarse: por más que todos tengan más de 100CV y capós enormes son todos automáticos...y responden como una abuela recién levantada.

Sí, el primer día de curro yo esperaba emocionado el coche de alquiler que nos da la empresa...por mi imaginación pasaban grandes Camaros, enormes Chevrolet largos como lanchas, pick-ups de enormes morros...

...y me toca un Toyota Corolla....snif....bueno, al menos se como llevarlo...

Pues no, un Toyota aquí por fuera es igual, pero también es automático y tiene una dirección blanda como para conducir con un dedo...que básicamente es lo que haces cuando vas en un coche automático, a unos 100 por hora (límite por aquí) y con el control de velocidad puesto...hala, a mirar el paisaje. O los camiones, que eso si que es digno de ver...entre el tamaño de los cacharros y el de sus dueños, los camioneros españoles parecen bailarinas.

Da igual si tienes un megacamión o una ranchera, aquí todos van a la misma velocidad y da como vergüenza correr más (aparte de la imagen mental del poli de carretera con gafas de espejo parándote).

Al principio cuesta un poco, pero luego te acostumbras a conducir más tranquilo, y así te da tiempo a aprenderte las señales, que están hechas con una lógica algo distinta.

Según pasan los días, al conductor que viene de esquivar cada día a la muerte en las obras de la M-30 y de luchar por mantener el coche con su forma original callejeando por el centro, le empieza a entrar como una paz interior ya olvidada. Y descubre que lo que le machacaba cada día no eran las horas de coche, sino los cabreos que se cogía por el camino....

Y bueno, ahora me ha tocado llevar un Pontiac Gran Prix, que no es una maravilla, pero farda bastante...

Eso si, aquí lo del control de tracción, abs y demás lo conocen sólo de oidas, y como en Seattle apenas llueve*, hay que ir con un pelín de cuidado.

*: dice un dicho de por aquí que sólo llueve 2 veces a la semana:
"de lunes a miércoles y de jueves a domingo"


1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Buenas Charly (Dió mío!)!

1º Métele Camela a ese Pontiac; todo tomará otro cariz ;).
2º Grande; añadido a favoritos.
3º Parece q en breves recibiréis una nueva remesa; se nota movimiento por aquí y por lo q se oye tb x Gamesa.
4º ¿Se puede decir Airb.. o estas bajo escucha? Jeje.

¡Sl2!